Estos últimos meses le he dado muchas vueltas a una infinidad de temas. ¿Los motivos? Muy variados.
Hace dos semanas quise enviar una primera entrega de una serie que llevo tiempo preparando, pero al fino no lo hice. Estaba un poco saturado y con algún que otro frente abierto que no podía ignorar a pesar de ser fin de semana. De ahí que se quedara en pendiente.
Hoy, en uno de mis extraños y necesarios arrebatos, decidí que quería empezar de cero. Aunque no sea así realmente, porque ya algunos me conocen y por afinidad o similares estarán pendiente a lo que haga. No obstante lo voy hacer, pero antes te pido perdón.
VOY A ELIMINAR TODOS LOS SEGUIDORES DE LA NEWSLETTER. No son muchos, tampoco te creas. 117 ahora mismo son los que están apuntados y seguro que muchos ya ni se acuerdan de por qué lo hicieron.
¿Por qué borrar y no aprovechar lo que hay? Porque en un momento en el que hay tanta IA suelta, que se busca tanto la atención, que la gran mayoría quiere ser relevante, popular y contar con el mayor número de seguidores… yo sólo quiero que quien esté lo haga por razones de verdad. Y ahora mismo siento que no he aportado nada. Así que, no quiero ni me parece justo. En fin, mis movidas mentales.
Lo dicho, nada más mandar este correo, eliminaré los suscriptores y no diré nada de dónde poder suscribirse a eso que ando preparando hasta que lo tenga atado. Si ocurre y por algún casual me sigues en Instagram o Twitter, supongo que te enterarás. Y no lo hago o tampoco me sigues, tampoco creo que vaya a cambiarte la vida mi contenido.
Gracias por haberme prestado un minuto de atención en algún momento. De verdad que yo lo valoro mucho.